EL “COMANDANTE CARACHE”
Nadador, jugador de béisbol, pescador, cazador y
excursionista incansable, estudió arquitectura y pintura, disciplinas a las que
sumó su pasión por el periodismo, la novela, el cuento y la poesía. Como
educador ejerció la docencia en las áreas de Matemática, Historia y Geografía,
Artes Plásticas y Arquitectura. Fue Director de la Escuela Artesanal de
Barquisimeto, profesor del Liceo Lisandro Alvarado y fundador del Liceo de
Biscucuy... También fue alfabetizador en las zonas campesinas de Lara.
Entendió que había que conocer la historia de su
país para poder actuar sobre ella. A la hora de la lucha contra el
perezjimenismo, fue el primero en plantear que no se trataba sólo de cambiar al
dictador por otro gobernante, sino que había que ir a la raíz de ese acontecer
para que los cambios fuesen trascendentes y no formales.
Luego de la caída de la dictadura de Pérez Jiménez
ocupó la Presidencia del Concejo Municipal de Biscucuy, estado Portuguesa,
puesto al que renuncia para dedicarse a la organización política y militar con
los cuadros más radicales del Partido Comunista de Venezuela, conformando lo
que luego se conocerá como Frente Guerrillero "Simón Bolívar".
Argimiro Enrique de la Santísima Trinidad Gabaldón
Márquez, hijo del General José Rafael Gabaldón Iragorri (quien combatió contra
la dictadura del General Juan Vicente Gómez y fue Gobernador en dos
oportunidades del Estado Lara y embajador de Venezuela en Brasil y Cuba) y de
Doña Teresa Márquez Carrasqueño, nace en la casa de la hacienda Santo Cristo,
situada hoy a cinco minutos del pueblo cafetalero de Biscucuy, Estado
Portuguesa, el 15 de Julio de 1919. Fue
su propio padre quien lo trajo a este mundo pues, en aquel momento no hallaron
a nadie quien pudiera socorrer a la madre en el trabajo de parto. Fue el octavo
de diez hijos: Joaquín, Carmen Amelia, Natty, María Auxiliadora, Roberto, José
Rafael, Esther, Argimiro, Edgar y Alirio Ugarte Pelayo, quien era hijo del
General con Romelia Tamayo Anzola.
A los 4 años casi muere de altas fiebres pero
nuevamente su padre le salva la vida aplicándole un remedio casero; de modo que
cuando llega el médico le dice al General que lo que él había hecho era
exactamente lo que había que hacer. Luego de haberse formado en la propia
hacienda, comienza en 1929 sus estudios formales en una escuela pública de
Biscucuy, para continuar luego en Barquisimeto, después en el Tocuyo y
finalmente en la ciudad de Trujillo hasta el año 1935.
Luego vino el Bachillerato que comenzó en este
última ciudad con diversos profesores y continuó en Barquisimeto y El Tocuyo,
con ayuda entre otros de los profesores Roberto Montesinos y Elías Lozada
Orihuela (ex Director del Liceo Andrés Bello, quien lo expulsó de ese Instituto
por co-dirigir un movimiento huelgario organizado por la Federación de Estudiantes,
FEV en 1938). El diploma de Bachiller lo obtuvo en 1939 con una Tesis titulada:
La Filosofía de Demócrito.
ARGIMIRO GABALDÓN.
|
"Chimiro fue deportista destacado: (...)
nadador a la antigua; pescador y cazador; excursionista incansable, llegó a
conocerse no sólo la hacienda, paso a paso, sino los alrededores de
Barquisimeto, de Trujillo, de El Tocuyo; pero su mejor deporte fue el coraje;
jamás perdió una pelea a puños, desde muy pequeño, nunca supo lo que era el
miedo ni el titubeo para calcular los resultados de una refriega; las ciencias
naturales de oposición y conoció bien las plantas y las bestias de los lugares
donde vivió; la tradición revolucionaria de su padre se encarnó mejor en él que
en ningún otro de sus hermanos y hermanas, y por eso desde niño vivió en el
mundo de los héroes como Bolívar, San Martín, Martí, Pancho Villa y Lenin"
En 1934 nace en el Tocuyo una célula del recién
creado Partido Comunista de Venezuela de la cual fue fundador junto a varios
hombres. Muy joven comienza entonces su actividad política y su interés por la
justicia social. Desde el momento en que juró fidelidad al partido con su
palabra comunista, inició una participación activista que no cesó sino hasta el
momento en que, aparentemente, una bala desvió su rumbo para introducirse en su
corazón salvaje.
Pero, para ese entonces, no era sino un soñador
revolucionario que leía muy poco, porque los libros sobre teorías comunistas,
socialistas y los de liberación estaban prohibidos, y cada texto hallado era
verdaderamente una joya. Durante toda la época de López Contreras (1936-1941),
participó en las células de lucha clandestinas, y sus múltiples actividades
políticas lo llevaron a Caracas para incorporarse en las luchas estudiantiles y
en las huelgas organizadas por la Federación de Estudiantes de Venezuela.
De allí se fue a Argentina a estudiar arquitectura y
al tercer año de carrera, decide detenerse para entrar en el mundo de la
pintura, la literatura y el arte. Posteriormente con su mochila al hombro se
fue a Brasil para regresar a Venezuela en 1945 en pleno auge perezjimenista.
Durante este lapso, Chimiro dedica su tiempo al periodismo, la novelística, el
cuento y la poesía. Y empieza a entender que debe conocer la historia de su país
para poder actuar correctamente sobre ella. Estudia y escribe en lo que fue un
período muy provechoso para él.
A la hora de la lucha contra el perezjimenismo, fue
el primero en plantear que no se trataba sólo de cambiar al dictador por otro
gobernante, sino que había que ir a la raíz de ese acontecer para que los
cambios fuesen de fondo y no de forma. Es en ese tiempo en que se plantea la
tesis de la necesidad de la lucha armada como respuesta a un gobierno represivo
y criminal. Discute, se pronuncia públicamente y difunde información sobre
estos temas. Una cita de Douglas Bravo nos aclara ese panorama:
"... cuando Rómulo Betancourt se trazó como
estrategia liquidar todo el movimiento popular, para facilitar así los planes
de explotación imperialista en Venezuela, comenzaron a surgir las primeras
diferencias; era el momento en que unos sostenían que a la agresión armada, a
la agresión violenta, al uso de las armas, a los asesinatos, a las torturas, a
los allanamientos, a los carcelazos, a los vejámenes del régimen de Betancourt
no se podía hacer frente con manifestaciones pacíficas solamente, sino con
manifestaciones pacíficas por las reivindicaciones políticas y económicas, y
también con manifestaciones armadas, con la lucha armada. A partir de entonces,
empieza la polémica sobre este tema. Por aquel entonces los sostenedores de la
vía pacífica eran muy pocos, se reducían a un minoritario grupo en el seno del
movimiento revolucionario. Se inició la lucha armada en Venezuela, en los años
1960-61, no por el deseo de los partidos revolucionarios de recurrir a la lucha
armada, sino como la única vía posible, la única vía abierta, la única salida
que dejaban los gobiernos entreguistas, el gobierno de Betancourt
concretamente.
Al iniciarse la lucha en nuestro país, aquellas
corrientes ajenas a la lucha armada no fueron rebatidas suficientemente en el
plano teórico, y se permitió que convinieran en el seno del movimiento
revolucionario sin ser expuestas públicamente como concepciones ajenas y
extrañas al movimiento revolucionario. Es decir, una falsa concepción de la
unidad de las diferentes concepciones permitió que no se desenmascarara, que no
se explicara al pueblo y se explicara a los propios sostenedores de esa
concepción que tales puntos de vista no correspondían a la realidad venezolana.
El extraordinario auge vivido a raíz del 23 de enero
se mantuvo durante los primeros años del régimen de Betancourt, e hizo posible
que a las agresiones armadas y violentas de Betancourt se respondiera con las
armas en la mano. Se inició entonces un conflicto, se inició lo que podemos
llamar la guerra de liberación en Venezuela. En las ciudades crecían los
combatientes armados, se producían desprendimientos en los cuarteles y se
desarrollaban los movimientos guerrilleros campesinos. Sin embargo, en esa
oportunidad no tuvimos la claridad suficiente para trazar un camino más neto y
preciso en cuanto al problema de la vía armada, y algunos errores cometidos
-lamentables errores que hoy estamos pagando- hicieron que entrara en crisis el
movimiento revolucionario".
Unos apoyaban la lucha amada, otros estaban en
contra, sin más argumento que la no-violencia. Pero, Argimiro Gabaldón,
pertenecía a esa minoría de revolucionarios que no sólo actuaban y apoyaban una
defensa armada contra la terrible agresión, sino que también, reflexionaba
sobre la necesidad de mantener con vida el combate por la transformación social
desde la perspectiva de un movimiento vinculado al colectivo, con posiciones
ideológico-doctrinarias concretas y con un proyecto futuro de país específico.
Y decimos minoría porque las ideologías y
convicciones que se suponía debían mantenerse en pie, se transformaban de
acuerdo a las circunstancias e intereses particulares, echando por tierra toda
convicción moral y espiritual.
Por ello, desde el año 1958, Gabaldón comienza a ver
con cierto recelo, cómo se venían comportando las políticas de unidad
impulsadas por el Partido Comunista. A la hora del III Congreso del PCV, fue él
quien planteó la necesidad de ir hacia otras formas de lucha. Es el inicio de
la experiencia guerrillera en Humocaro y también las primeras derrotas. Desde
fines del 61 hasta el 13 de diciembre de 1964, Chimiro estuvo al frente de esa
lucha. Y en todo ese proceso le tocó sufrir las inconstancias de unos
"líderes" que se amoldaban a las situaciones presentadas, antes que
analizar histórica y estratégicamente la realidad sobre la cual vivían.
Sin embargo en 1960, Argimiro Gabaldón crea el
primer foco guerrillero en la Azulita, Estado Mérida, del cual fue líder; y
luego en 1961, funda el "Frente Simón Bolívar" o
"Libertador", ubicado en las serranías del entonces Municipio Morán
del Estado Lara, cuyos comandantes eran el mismo Argimiro Gabaldón, Carlos
Betancourt y Juan Vicente Cabezas. Posteriormente nace el "Frente José
Leonardo Chirinos" (Occidente), en las montañas de Falcón y Yaracuy
comandado por Douglas Bravo, Luben Petkoff y Elías Manuitt Camero; y en Oriente
el "Frente Manuel Ponte Rodríguez" ambos creados en 1962; sus comandantes
fueron Alfredo Maneiro y el Teniente Héctor Fleming Mendoza.
También en 1962, nacen las Fuerzas Armadas de
Liberación Nacional (FALN), una organización guerrillera creada por el Partido
Comunista de Venezuela (PCV), para dar forma a los nacientes grupos rebeldes
que empezaban a operar en el país, de la cual Gabaldón llega a ser el
conductor. Y en 1965, surge la última Fila cívico-militar que fue el
"Frente de Los Llanos Ezequiel Zamora" (Llanos de Apure) que mantuvo
tres comandantes: el Sargento de la Marina Adalberto González, Francisco
"El Flaco" Prada y Ángel María Castillo.
..."No soy un guerrero, nunca lo había pensado ser, amo la
vida tranquila, pero si mi pueblo y mi patria necesitan guerreros, yo seré uno
de ellos y este pueblo nuestro los ha parido por millones cuando los ha
necesitado"...
La lucha fue acérrima y constante pero, era contra
un ente que lo doblaba en poder y fuerza. El Comandante "Carache",
como ya era conocido en el mundo guerrillero, fue un hombre que luchó hasta su
último día sin descanso y con una convicción invariable, de lleno y entregado
en las montañas del Humocaro a un ideal de esperanza.
El 13 de diciembre de 1964, fue víctima de un
disparo, al parecer de un compañero, que le quita la vida a los 45 años de
edad, dejándonos en su expediente una larga lista de sus admirables
características: un luchador social, defensor de los derechos humanos,
agricultor, alfabetizador, poeta, artista plástico, profesor de artes
plásticas, matemáticas, historia, dirigente campesino y urbano, predicador de
ideas; además de cuatro pequeños hijos, Carmen Dolores, Beatriz, Alejandro y
Tatiana, y una esposa y compañera, María Luisa Martí Pérez, junto con la que
luchó durante todos sus años de vida.
A pocas horas de la muerte de Argimiro Gabaldón, el
Comandante Carache, su hermano Edgar, desde el dolor, escribió las siguientes
palabras: "Las reflexiones que produce la muerte de un ser querido ya no
son sagradas en este país, porque están separadas por el signo de la guerra
civil. La vida de todo hombre no vale nada si se le pone precio a la de uno
solo; todos tenemos dinero para pagar la muerte de otro; y esto significa, en
términos filosóficos, que en Venezuela se ha perdido la razón moral, y que
quienes fungen de ductores de la fuerza ética no han sabido hablar a tiempo, y
que su silencio es cómplice de las muertes habidas en ambos bandos, y de las
que habrán de venir (...). De nada sirve un ejercicio intelectual que por
cobardía retrocede ante el paisaje de la realidad, diáfana y terrible.
Si a este país hay que lavarlo con sangre de sus
impurezas causadas por el caos social en que se debate para marchar hacia una
estructura más razonable y humana, se le lavará. Pero que no digan, entonces,
quienes en él habitan, que no hubo quien les dijera lo que estaba pasando. Ese
es el sentido de la muerte de "Chimiro", y si su biografía, detalle a
detalle, no se considera merecedora de estudio y examen no sabe nadie quien
vale aquí nada, porque salir al aire limpio y frío de las sierras a exponer la
vida propia por un ideal será siempre lo más noble y alto que pueda hacer un
hombre de esta pobre tierra, tan triste y tan poca cosa."
Como dice una de sus más acertadas biografías:
"Más que la muerte le dolió morir de bala amiga, morir a destiempo, cuando
apenas se iniciaba el camino duro del que tanto había hablado y para el cual
tanto se había preparado.
No permitas que tu dolor se esconda
"No permitas que tu dolor se esconda
oblígalo a salir desnudo a que combata
que empuñe el fusil y la granada
que anime la marcha
que estalle en un grito en el asalto
que ría y que cante en la emboscada
Tu pena y mi pena y la de todos
es una sola pena militante
armada es el fuego que arde en la alborada
la revolución que avanza desbordada
hacia el milagro de las cadenas rotas
Y el gran sufrimiento se tornara alegría
emergerá del fuego un mundo diferente
será el llanto detenido
y dejará la sangre de correr asesinada
se esparcirá la risa
y los niños puros como pájaros
en vuelo llenarán los parques con sus gritos
y nosotros estaremos allí, ¡seguro que estaremos!
como una llama ardiendo eternamente
Somos la vida y la alegría
en tremenda lucha contra la tristeza y la muerte.
Venceremos camaradas,
Unidos venceremos."
Argimiro Gabaldón