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miércoles, 15 de septiembre de 2010

EL CANÓNIGO ANTONIO JOSÉ DE SUCRE Y ALCALÁ



La historia de Venezuela nos presenta uno de esos casos conmovedores en este personaje. Condición por cierto, dolorosa y triste la de andar por caminos y pueblos que no sean los del suelo nativo y tener que vivir en ellos largos años. Tanto más penosa, si la causa es haber reprochado a los opresores, las violencias de la tiranía. 

Hijo legítimo de José Manuel de Sucre y Maria del Rosario y Alcalá, nació  Antonio José hacia 1832  en Cumaná capital del actual estado Sucre, en el norte venezolano; donde 37 años antes también viese la luz de la existencia su tío el ilustre Gran Mariscal y lugarteniente del Libertador Simón Bolivar, y que diese brillo a su nombre, en Pichincha hacia 1822  y en Ayacucho en 1824, para sellar definitivamente la independencia de la nueva República de Bolivia.


 Su tío el héroe independentista venezolano Antonio José de Sucre, Gran Mariscal de Ayacucho.
   

Licenciado en derecho a los 19 años, coronel a los 25, sacerdote, catedrático, publicista, dignidad de dos catedrales: Bogotá y Caracas, ministro plenipotenciario, incansable luchador por la sagrada causa de la libertad y de la justicia, el doctor Sucre ocupa un alto sitio entre aquellos beneméritos clérigos y frailes que como José Cortes y Madariaga en Colombia, Miguel Hidalgo y José María Morelos en México y tantos otros en el nuevo continente, sobrellevaron indecibles fatigas, persecuciones y maltratos en defensa de la patria oprimida, vilipendiada, seriamente agraviada.

Citando al investigador chileno Arabena Willians (1961)

" Su agitada y dramática trayectoria por el mundo, digna sin duda de las paginas de una novela, tuvo por escenario, además de la propia Venezuela, a Colombia, a Jamaica, a Trinidad, a Perú, a Ecuador y a Chile, país este al que quizo entrañablemente" pag. 91

Desde la niñez su corazón guadó franco repudio a todo lo que se relacionara con el caudillaje y la dictadura, todo esto influenciado al oir las enérgicas expresiones que su madre exclamaba contra el despotismo.

Inquieto desde la mocedad, fue expulsado de las aulas universitarias por faltar el respeto a unos de los profesores. Después de participar en disturbios contra el General José Tadeo Monagas, don José Manuel  de Sucre, su riguroso progenitor tuvo que enviarlo a México para salvaguardar su  integridad física, mas el idealista desembarcó en Sabanilla conociendo del golpe de estado de Melo en complicidad con el General José Maria Obando, enrolandose en las filas de los restauradores de las leyes y del notable Julio Arboleda, con el que entró victorioso en Santa Fé de Bogotá, actual Colombia, en diciembre de 1854. pronto sintió el llamado de la providencia e ingresó al Seminario, cursó estudios y fue ordenado en 1857 por el Arzobispo Dr. Antonio Herrán y Zaldúa, quien lo protegió con su amistad.

 ARZOBISPO ANTONIO HERRAN ZALDUA


Eclesiástico nacido en Honda, Tolima, el 11 de febrero de 1797, muerto en Villeta, Cundinamarca, el 7 de febrero de 1868. En medio de los grandes conflictos entre la Iglesia y el Estado, (cuando los liberales eran liberales y los conservadores, conservadores), se alza la figura serena del arzobispo Antonio Herrán y Zaldúa, quien desarrolló su labor pastoral durante la época del más virulento anticlericalismo que haya tenido que soportar la Iglesia en América, simpatizo con nuestro Antonio José y lo protegió con su amistad.



Ese mismo año ascendió a ViceRector del Seminario, cargo que desempeñó hasta 1860 cuando fue promovido al Rectorado con general beneplácito. Designado capellán del ejercito del gobierno cuando se produjo el alzamiento del general Tomás Cipriano Mosquera contra el Presidente constitucional Mariano Ospina (1861), le toca cosas del destino, elevar los primeros sufragios por el alma de Obando ante el propio cadáver, no obstante haber sido este el el asesino de su tío el Gran Mariscal de Ayacucho: (Boletin de la academia de la Historia N° 20, 28 de octubre de 1922)  


General José Maria Obando, presunto autor intelectual del asesinato del Gran Mariscal Antonio José de Sucre


Ante el triunfo de Mosquera, sin esperar siquiera su ingreso a Bogotá, le llenó de improperios. Mosquera lo amenazó con montarlo en una burra y despacharlo a Venezuela, tildándolo de clérigo extranjero y de otros no menos donosos epítetos, Poco después fue apresado y confinado en el Castillo de Bocachica en Cartagena;  condenado a muerte fue salvado por José Maria Vargas, gracias al influjo que gozaba ante Mosquera fue indultado, pero quedó preso medio año después logra escapar y  huír a Venezuela; ya  en Caracas  lo designaron Arcediano y profesor del Seminario en 1863.



Vista actual del Castillo de Bocachica

Cinco años después figuró como asistente mitrado. En 1870 inició una ardua campaña contra el dictador General Antonio  Guzmán Blanco;  excondiscipulo suyo en la Universidad de Caracas, a causa del destierro del Arzobispo de Caracas, a este respecto  Willians (1961) citando al doctor Gonzalez Guinán en el tomo IV de su "Historia Comtemporanea de Venezuela", cuando trata de la expulsión del Arzobispo Guevara.


"Este presbítero Dr. Sucre es el mismo exaltado estudiante que hemos visto figurar en las escenas de la disolución de la Cámara de Diputados el día 24 de enero de 1848"  (Pag. 94)

Por tal motivo tuvo que huír a la Isla Trinidad y luego a los llanos, instalándose en Ciudad Bolívar. En estas carreras estuvo desde Octubre de 1.870 hasta Diciembre de 1871, fecha en que lo hallamos en el Perú, en calidad de fraile del convento limeño de los sacerdotes de los Sagrados Corazones, con el nombre de Padre Manuel.

Cuéntase que tuvo que abandonar el convento por haberse arrojado al cuello del superior de dicha comunidad Padre Justiniano, muy conocido por su mansedumbre y humildad, debido a que en un mal momento dicho superior había manifestado que "los venezolanos debían ser cobardes para soportar las tropelías de la dictadura de Guzmán Blanco". Este gesto de Sucre lo presenta en su verdadero retrato "violento, sincero, valiente, arrebatado y siempre íntegro".


 Antonio José Ramón de La Trinidad y María Guzmán Blanco

Posteriormente se traslada a Chile y se radica en Santiago donde trabaja como  profesor de Gramática Castellana, Historia Literaria y Derecho Canónigo; en el Colegio de los Padres Franceses. Luego de 15 años parte de Chile con un profundo pesar  por haberse encariñado con el país y su gente.

Ya en Venezuela en 1895, fue designado Ministro Plenipotenciario en Ecuador para repatriar los restos de su celebre tío, el Mariscal Sucre, con motivo de cumplirse el centenario del nacimiento de este, misión encomendada por el Presidente Joaquín Crespo. 

De una documentada conferencia que bajo titulo "Bolívar Libertador y Sucre Ciudadano Quiteño" pronunciase en Caracas, en mayo de 1929, el Dr. Luis Felipe Borja, Presidente de la Sociedad Bolivariana de Quito, se Extrae lo siguiente:

" Vehemente, fogoso, irritable, el Dr. Sucre tuvo desacuerdos con las autoridades, con los religiosos de San Francisco, con todos cuantos hubieron de entenderse con él; y esto influyó para que se frustrase su misión"
 mas adelante se lee:

"Las pesquisas se hicieron nueva y erróneamente en San Francisco, cuando personas que sabian que los restos se encontraban en el templo del Carmen Moderno iban a denunciarlo al Pbro. Sucre y no lo hicieron porque, hasta cierto punto,herido el amor propio de los ecuatorianos, se notó marcado resentimiento contra el Plenipotenciario venezolano". 

"El Dr. Sucre solicitó y obtuvo del gobierno que se suscribiese un protocolo en que se declaraba que era moralmente imposible dar con los preciosos restos y que los gobiernos de Venezuela y Ecuador reputaran y repudiaran como obra de sórdida impostura, toda denuncia u ofrecimiento que, sobre el rastreado hallazgo, haga en lo venidero cualquier individuo o colectividad."

"Sostuvo viva polémica con los religiosos franciscanos; y como anécdota curiosa merece recordarse que el superior de la comunidad, fray Antonio M. Serra, en carta dirigida al Pbro. Sucre, le dijo "Excmo. Sr. Dr. y amigo: me permitirá la confianza como sincero amigo, de poner en su conocimiento los privilegios que N. S. Jesucristo concedió a nuestro Seráfico Padre San Francisco; que no dudo como sacerdote, y gran sacerdote, le será gustoso saberlo....3° Que cualquiera que persiga a su Orden será gravemente castigado del Señor y que vivirá poco".

El hecho es; continúa el Dr. Borja en su conferencia -

 "Que dado por terminadas las labores, el Canónigo Sucre emprendió viaje de regreso a Caracas y no alcanzó a llegar ni a Guayaquil, el puerto donde debía tomar el vapor; pues en Babahoyo, le acometió la fiebre amarilla y murió, después de cortísima enfermedad. El inteligente señor sucre, porque lo era de verdad, fue a Ecuador con la misión de conducir a su patria los restos del Gran Mariscal; en cambio dejó allí los suyos propios". Ese día era 17 de julio de 1895.

En el año 1900, los restos del mariscal Sucre fueron trasladados a la iglesia catedral de Quito, donde reposan en una urna de roca del Pichincha, como fue su voluntad; ser sepultado en Quito, ciudad de su esposa y de su hija.


La Facultad de Medicina de la Universidad Central del Ecuador que examinó los restos del Gran Mariscal de Ayacucho en 1900


Sirvan estas lineas como un homenaje al valiente  y sincero canónigo Sucre, como ejemplo de servidor incondicional de la patria y de los seres oprimidos.

 BLIBLIOGRAFÍA CONSULTADA


Revista Nacional de Cultura.(1961).  N° 144. Ministerio de Educación. Dirección de Bellas Artes. Caracas. Venezuela 


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