A la llegada de los europeos a estas
tierras que actualmente conocemos como América (12-octubre-1492), se
inicia el mayor genocidio de la historia mundial, los pueblos
originarios, sufrieron de los peores maltratos y violaciones y su
gente fue sometida a la servidumbre y explotación. La crueldad que
emplearon los llegados fue despiadada y brutal. Para el 02
de agosto de 1498, se encuentran en tierra firme, en suelo que
posteriormente se llamaria Venezuela. Solo quedaba
defenderse del invasor.
Guaicaipuro (n. actualmente Los Teques, Venezuela, alrededor de 1530;
m. 1568)pertenecía a la gran familia Caribe,
una de las tribus originarias de estas tierras y también la más
aguerrida y al igual que otras tribus, mostraron una resistencia
implacable contra quienes buscaban someterlos en su propia tierra. Los
caballos, perros amaestrados, arcabuces, fuerte vestidura y una gran
experiencia en el arte de la guerra no lograron extinguir el grito de libertad
que retumbaba en las montañas venezolanas, con flechas y lanzas combatieron con
tenacidad, con el grito de guerra:
"¡Ana
Karina rote, aunicon paparoto mantoro itoto manto!"
En
castellano:
"¡Solo
nosotros somos gente, aquí no hay cobardes ni nadie se rinde"
La
mayoría de los trabajos biográficos sobre Guaicaipuro no son
confiables. Sin embargo, del Fondo Editorial Ipasme, está la obra El
pensamiento revolucionario del cacique Guaicaipuro, del profesor Luis Beltrán
Acosta (LBA), la cual recoge las fuentes documentales más ceñidas a la
realidad. En este texto, su autor intenta con éxito incursionar en lo
sustancial -tal como lo precisa- de los archivos coloniales para así rescatar
la imagen de uno de los personajes más emblemáticos de los períodos
correspondientes al arribo de los conquistadores a América como de su
asentamiento en este territorio.
Se trata de un texto bien escrito, con análisis de las investigaciones sobre el tema ya señalado, que muestra al legendario líder indígena como una entidad de gran valor histórico, social y político, vinculada a su época. De ahí su novedad, ya que para su época -en el contexto de la resistencia indígena- como también para el presente en que se generan cambios que devienen de un proceso orientado hacia el socialismo-, sus planteamientos sirven en la orientación del rumbo de la Venezuela en la que se consolida ese modelo político cuando fracasa el capitalismo.
En la mencionada publicación, LBA alerta que las referencias a las que él tiene acceso son las que atañen a las crónicas de los españoles que, por razones lógicas, no presentan una visión fidedigna del cacique. Por consiguiente, el escritor va más allá de esas visiones que buscan mantener la dominación cultural de los pueblos indígenas y distorsionan su presencia aquí en América. Entre los aspectos tratados en la obra de LBA es relevante la religión indígena. Ahí se señala que la resistencia militar de Guaicaipuro residía en la religión, pues arriesgaba la vida para proteger los lugares sagrados y la espiritualidad de los aborígenes, que peligraban por los invasores que, sesgados por su ilimitado afán de riquezas y vanagloria, a su paso, sin piedad, destruían.
Guaicaipuro, de la etnia Pemón, era el Piache de los Piaches, refiere LBA. En este cacique se reunían los dones mayores, resultado de una ardua preparación espiritual que desemboca en habilidades militares, que lo convierten en el mejor estratega de su tiempo al unificar tribus, sin importar las marcadas diferencias lingüísticas, en pro de la defensa de los suyos. Asimismo, Guaicaipuro fue un profeta que sabía su destino histórico y su misión libertaria, la cual trascendía más allá de su instante hasta acoger el ahora y el futuro de los venezolanos; que con sus acciones nos fortalece la identidad cuando nos oponemos a la imposición de culturas que, lejos de retratar nuestra idiosincrasia, castran la filosofía, las costumbres, la literatura y los valores en general que nos definen como venezolanos.
Luego, en ese entonces, como la religión se vincula a la política, Guaicaipuro, con sus propuestas, concibió un proyecto de gobierno propio para los pueblos aborígenes, tan digno como el ideario de cualquier pensador de origen europeo. Por todo lo anterior, la lectura de obra de LBA se hace necesaria para enterrar mitos y enaltecer la presencia de uno de los principales hombres del mundo prehispánico.
Se trata de un texto bien escrito, con análisis de las investigaciones sobre el tema ya señalado, que muestra al legendario líder indígena como una entidad de gran valor histórico, social y político, vinculada a su época. De ahí su novedad, ya que para su época -en el contexto de la resistencia indígena- como también para el presente en que se generan cambios que devienen de un proceso orientado hacia el socialismo-, sus planteamientos sirven en la orientación del rumbo de la Venezuela en la que se consolida ese modelo político cuando fracasa el capitalismo.
En la mencionada publicación, LBA alerta que las referencias a las que él tiene acceso son las que atañen a las crónicas de los españoles que, por razones lógicas, no presentan una visión fidedigna del cacique. Por consiguiente, el escritor va más allá de esas visiones que buscan mantener la dominación cultural de los pueblos indígenas y distorsionan su presencia aquí en América. Entre los aspectos tratados en la obra de LBA es relevante la religión indígena. Ahí se señala que la resistencia militar de Guaicaipuro residía en la religión, pues arriesgaba la vida para proteger los lugares sagrados y la espiritualidad de los aborígenes, que peligraban por los invasores que, sesgados por su ilimitado afán de riquezas y vanagloria, a su paso, sin piedad, destruían.
Guaicaipuro, de la etnia Pemón, era el Piache de los Piaches, refiere LBA. En este cacique se reunían los dones mayores, resultado de una ardua preparación espiritual que desemboca en habilidades militares, que lo convierten en el mejor estratega de su tiempo al unificar tribus, sin importar las marcadas diferencias lingüísticas, en pro de la defensa de los suyos. Asimismo, Guaicaipuro fue un profeta que sabía su destino histórico y su misión libertaria, la cual trascendía más allá de su instante hasta acoger el ahora y el futuro de los venezolanos; que con sus acciones nos fortalece la identidad cuando nos oponemos a la imposición de culturas que, lejos de retratar nuestra idiosincrasia, castran la filosofía, las costumbres, la literatura y los valores en general que nos definen como venezolanos.
Luego, en ese entonces, como la religión se vincula a la política, Guaicaipuro, con sus propuestas, concibió un proyecto de gobierno propio para los pueblos aborígenes, tan digno como el ideario de cualquier pensador de origen europeo. Por todo lo anterior, la lectura de obra de LBA se hace necesaria para enterrar mitos y enaltecer la presencia de uno de los principales hombres del mundo prehispánico.
GUAICAIPURO EL CACIQUE DE
HIERRO
Estatua del Cacique Guaicaipuro, Caracas
(Escultura de Julio Cesar Briceño) |
Nacido en Caracas aproximadamente en 1530 y guerrero de confianza del gran Cacique Catuche, asume el liderazgo a los 18 años de edad, cuando este cacique muere.
Cacique
de los indios Teques y Caracas, que acaudilló la resistencia a la penetración
europea en la zona norcentral de Venezuela durante la década de 1560. La región
de Los Teques estaba poblada por muchos indígenas que formaban grupos
independientes con sus jefes o caciques propios. El principal de estos grupos
era el del cacique Guacaipuro, cuyo asiento era Suruapo o Suruapay, situado en
las vecindades del actual San José de los Altos, en la vertiente de la quebrada
Paracoto. Aunque la grafía «Guaicaipuro» se ha popularizado, debe tenerse en
cuenta que su verdadero nombre era Guacaipuro, y así es mencionado en los
documentos coetáneos.
Baruta era el nombre del hijo mayor de Guacaipuro, y Tiaora y Caycape el nombre de 2 hermanas suyas y se anotan también los nombres de sus 6 hermanos que vivían con él, así como también Pariamanaco, hijo de su hermana Tiaora, y Quetemne, también hija de esta última; se anotan también 6 sobrinos suyos y un nieto. Además de Suruapo o Suruapay como pueblo muy importante de su jurisdicción, figuran 6 caseríos más, cuyos pobladores eran también de su gobierno. Descubiertas unas minas de oro en tierras de los Teques, al comenzar Pedro de Miranda su explotación, fue atacado por Guacaipuro y tuvo que abandonarlas.
El
gobernador Pablo Collado nombró a Juan Rodríguez Suárez en sustitución de
Miranda, el cual venció a Guacaipuro en varios encuentros y creyendo haber
pacificado la región, dejó en las minas unos obreros para trabajarlas con 3
hijos suyos menores de edad. Ausente Juan Rodríguez Suárez, Guacaipuro asaltó
las minas mató a todos los trabajadores, incluso a los hijos de Juan Rodríguez
Suárez, y tras haber incitado a la rebelión a Paramaconi, cacique de los
taramainas, pasó al hato de San Francisco, dio muerte a los pastores, quemó las
viviendas y dispersó las reses. Enterado Juan Rodríguez Suárez del desembarco
del Tirano Lope de Aguirre, se dirigió hacia Valencia con sólo 6 soldados para
combatirlo; en el trayecto, sorprendido por Terepaima y Guacaipuro, fue muerto
tras una heroica resistencia. Guacaipuro impulsó entonces un levantamiento de
todas las tribus y los caciques Naiguatá, Guaicamacuto, Aramaipuro, Chacao,
Baruta, Paramaconi y Chicuramay reconocieron a Guacaipuro por su jefe supremo.
Sabedor
Diego de Losada de que Guacaipuro era quien había promovido un frustrado asalto
a la recién fundada ciudad de Caracas (1568), ordenó su aprisionamiento; confió
este delicado encargo al alcalde Francisco Infante, quien, con indios fieles
que conocían el paradero del cacique, salió de Caracas cierta tarde, al ponerse
el sol, con 80 hombres. A la media noche llegaron al alto de una fila, en cuya
falda estaba el pueblo de Suruapo donde Guacaipuro tenía su vivienda; Infante
con 25 hombres se quedó allí para proteger la retaguardia y retirada en caso de
una derrota, mientras Sancho del Villar con los demás bajaba a ejecutar la
prisión del indio. Conducidos por los guías llegaron a la puerta del inmenso
bohío o caney de Guacaipuro los 5 primeros que formaban la delantera, pero como
acababan de ser descubiertos, con sus armas en las manos, esperaban la llegada
de los compañeros y fue entonces cuando intentaron franquear la entrada, pero
Guacaipuro, que manejaba la espada que había sido de Juan Rodríguez Suárez,
hirió a cuantos intentaron entrar.
A los
gritos de la pelea, se alborotó el pueblo y todos acudieron a defender a su
cacique, pero nada podían contra los filos de las espadas; y los lamentos y
gritos de las mujeres y niños, en la noche oscura, aumentaban la confusión
general. Viendo los españoles la imposibilidad de rendir al cacique,
resolvieron quemar el gran bohío o caney en el cual estaba guarecido. Como su
techo era de paja y madera, arrojaron una bomba de fuego sobre el tejado, que
comenzó a arder vorazmente. Viéndose en trance de perecer, Guacaipuro saltó
fuera, dando estocadas a diestra y siniestra contra los asaltantes, pero todo
fue en vano pues las espadas de éstos lo dejaron muy pronto muerto en el suelo;
la misma suerte tuvo sus acompañantes.
Los restos de Guaicaipuro fueron trasladados al Panteón
Nacional de manera simbólica, el 8 de diciembre de 2001, asignándole
un espacio junto a los próceres de Venezuela, encabezados por Simón
Bolívar, el Libertador. En honor a esta fecha, el 8 de diciembre fue
declarado “Día Nacional de Guaicaipuro y de los Caciques de la resistencia”.
Otros
Caciques héroes que resistieron:
Arichuna: Cacique
de los Jiraharas; ubicados en la zona que hoy es el estado Lara y parte de
Yaracuy.
Baruta: Hijo
mayor del cacique Guaicaipuro. Cuando muere su padre recibe el penacho de
plumas que lo consolida como jefe de las tribus los Teques y los Caracas.
En el año 1620, el gobernador Francisco de la Hoz Berríos constituyó en su
honor, una parroquia con el nombre de San Francisco de Paula de Baruta.
Catia: Cacique
del territorio ubicado desde la fila que ocupaban los Mariches y toda la
serranía que circunda a Caracas hasta el litoral. Murió en los Teques en 1568,
luchando contra las tropas de Diego de Losada.
Caruao: Perteneció
al grupo de los Araucas, de los Caribes o de los Maquiritares, estos grupos
eran originarios de la cuenca del río Orinoco; que a su vez procedían de
la Región Amazónica. Se le llamó Caruao, que significa "Dios señor del
agua", ya que se le considera el precursor de la ingeniería hidráulica en
la tierra venezolana. Fue el primero en regular el movimiento de las aguas y
evitar las inundaciones que se producían por las grandes lluvias. Esto lo llevo
a convertirse en un ser mítico y poderoso; por lo que su prestigio era muy
grande entre los habitantes de la región.
Chacao: Gobernaba
la región que hoy lleva su nombre, pero su dominio llegaba hasta la región de
Los Teques. Jefe de la raza caribe. Su tribu estaba asentada a las faldas del
Ávila. Por su figura atlética se le apodo como el "Hércules
americano". Murió en el año 1569 a consecuencia de las heridas ocasionadas
por un soldado de un capitán español llamado Catario, con quienes se trabó en
una fiera lucha para rescatar a dos niños de su tribu que le habían robado a su
madre mientras dormía.
Guacamayo: Era
a su vez Cacique y Piache de la tribu de los Tacariguas. Vivió en las cercanías
de la laguna de Tacarigua. Según dice la leyenda, acudía a las batallas
luciendo un vistoso penacho de plumas multicolores que le proporcionaban sus
fieles amigos; una bandada de guacamayas amaestradas; las cuales le acompañaban
en sus actividades favoritas: La caza, la pesca y la reflexión.
Guaicamacuare: Miembro
de la familia de los Caribes, que se extendió por la costa y la serranía
central. Jefe y conductor de su pueblo y además, gran Piache, sacerdote
responsable de los destinos mágicos y sobrenaturales de su pueblo. De porte
imponente, tenía la legendaria virtud de leer los pensamientos de sus
semejantes. Sus conjuros y hechizos eran temidos. Fue e primer Piache que
fabricó ídolos de barro. Francisco Fajardo utilizó sus servicios, de buscador
de tesoros, hacia el año 1559, para encontrar riquezas en nuestro territorio.
Manaure: Gran
cacique de la tribu de los Caquetíos, de la costa de Coro. Se
presentó ante el capitán español Ampíes, haciéndose conducir en una hamaca
acompañado de otros jefes subalternos suyo. Murió luchando en la batalla de El
Tocuyo donde derrotó al capitán Vargas.
Mara: Caudillo
de una vasta región occidental que se extendía desde las orillas del lago
Maracaibo y el río Magdalena, en el limite de lo que es hoy Cartagena, en
Colombia. Sometió a la mayoría de las tribus de esta región y con ellas hizo
frente al conquistador español. A su personalidad la leyenda le atribuye
matices fantásticos, ya que se consideraba como una especie de semi - dios pues
tal era la fama de su grandiosa riqueza y poderío.
Maracay: Dominaba
la extensión que hoy ocupa el estado Aragua y parte de otros estados
colindantes. Jefe indiscutible de los indios Araguas.
Murachi: Cacique
mocotíe, ocupaba la actual región de la sierra merideña. Murió luchando contra
el español invasor, en 1560.
Naiguatá: Era
de la familia de los Caribes y ejercía su dominio a lo largo de la zona costera
que partía del río Anare hasta las costas Anzoatiguenses, de lo que hoy día es
Puerto la Cruz.
Paramaconi: Gobernaba
la zona centro norte costera del país; de origen Cumanagoto, era el líder de
los de los Toromaínas.
Tamanaco: Cacique
de los indios Mariches y Quiriquires. Surge como líder a la muerte de
Guaicaipuro. Con otras tribus como los Arawacos, Teques, Cumanagotos, salió
hacia la ciudad de Santiago de León de Caracas, donde estaban acantonadas la
mayoría de las tropas de los conquistadores. Después de una lucha cruel y
desigual, en la que muere el capitán Hernando de la Cerda, la batalla se
decidió a favor de los españoles. Es la llamada batalla del Guaire. Tamanaco
fue tomado como rehén, y condenado a muerte en duelo con un mastín (perro
amaestrado para la caza de hombres). Murió en el año de 1573 destrozado a
dentelladas y con la garganta partida.
Terepaima: Su
dominio alcanzaba el Tuy, San Pedro, Mariches y lo que hoy día es el estado
Mirada, Aragua y parte de Carabobo, Cojedes y Lara. Jefe de los Meregotos y
Anaucos. Murió a mediados de 1570.
VIDEOS VIDA DE GUAICAIPURO
FUENTES CONSULTADAS
-NECTARIO MARIA, Hermano. El cacique
Guacaipuro. Caracas, Universidad Católica Andrés Bello, 1975
-NECTARIO MARIA, Hermano. Los indios Teques
y el cacique Guacaipuro. Caracas, Universidad Católica Andrés Bello,
1971;
-PAREJO, Antonio. Guacaipuro: novela
histórica, episodio de la guerra de la conquista 1559 a 1573. Caracas,
Alfred Rothe, 1885.
-Ministerio del Poder Popular para la Cultura, a
través de la Fundación Celarg: foro titulado Guaicaipuro y la
resistencia indígena latinoamericana. Organizado por la
Fundación Gran Mariscal de Ayacucho (Fundayacucho).
un documental de mucho valor historico que nutre el alma de ser libre y asi se aprende a querer nuesta pTRIA LIBRE Y SOBERANA
ResponderBorrarAL LEER ESTOS RELATOS HISTORICOS DE LA LUCHA DE NUESTROS PRIMEROS HEROES, SIENTO ORGULLO, TRISTEZA Y A LA VEZ IMPOTENCIA POR LA INJUSTICIA QUE SE COMETIÓ CONTRA NUESTRA ESTIRPE.. POR ESO DIGO CON ORGULLO PATRIA O MUERTE... ESPERO QUE NUNCA MÁS VUELVAN A INTENTAR SOMETERNOS.. Y LOS TRAIDORES QUE NACIERON EN ESTA PATRIA Y DESCONOCEN O NO LES IMPORTA ESTO QUE SUCEDIÓ TOMEN CONCIENCIA, SI NO VAYANSE DE AQUÍ, NO TRAICIONEN A LA PATRÍA POR MIGAJAS DE INTERES PERSONAL, AL IGUAL QUE LO HICIERON OTROS ABORIGENES AL TRAICIONAR A GUAICAIPURO...!
ResponderBorrarVIVA LA HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE VENEZUELA,VIVA EL CACIQUE DE HIERRO.
ResponderBorrarEn castellano:
"¡Solo nosotros somos gente, aquí no hay cobardes ni nadie se rinde"